Esferas o «bolas» de Costa Rica
Esferas o «bolas» de Costa Rica
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Esferas o «bolas» de Costa Rica

En Costa Rica, se reportan alrededor de 500 petroesferas, la mayoría ubicadas en la parte sur de Costa Rica, en lugares como el delta del río Diquís, una sección de Osa y la isla del Caño. La expresión coloquial en Costa Rica para estas esferas es “Bolas de Costa Rica” (Bolas de Costa Rica). Se consideran únicos en el mundo, debido a su tamaño, perfección esférica y abstracción ajena en comparación con el modelo natural de una roca. Sus tamaños pueden variar entre 10cm y 2,57 metros de diámetro y pueden llegar a pesar hasta dieciséis toneladas aproximadamente. Están esculpidos en materiales como granodiorita, gabro y calcita. Los arqueólogos han fechado estas esferas alrededor del 300 a.C. y 300 a.C. por antiguos asentamientos que se han encontrado en los alrededores del entorno de las esferas; no obstante, algunos de los arqueólogos han dicho que estas áreas han sido habitadas desde el 6000 a.C. Por ello, la datación de las esferas no es muy exacta, y la roca no es orgánica, por lo que no se puede fechar realmente, es solo una estimación. Las esferas, la mayoría de ellas, han perdido su ubicación original porque cuando fueron encontradas por primera vez, la gente pensó que tenían oro en su interior y volaron, otras fueron robadas de su lugar original para ser transportadas a decorar jardines y casas. Afortunadamente, la mayoría de ellos han sido recuperados por el gobierno y ahora son propiedad de museos nacionales e internacionales, colecciones privadas o en lugares importantes como embajadas.

Fueron descubiertos por primera vez en 1939, por la productora bananera Standard Fruit Company, porque allí se instalaron estas Empresas. Fueron nombrados internacionalmente por primera vez en un artículo para una revista llamada American Antiquity, por Doris Stone en 1943. Este artículo habla sobre la parte sur de Costa Rica, sus territorios indígenas y el problema con los “huaqueros” (buscadores de tesoros), que destruir sitios antiguos y robar lo que encuentren.

En 1970, las petroesferas fueron protegidas por el gobierno costarricense y las esferas que fueron destruidas, fueron reconstruidas nuevamente por el Museo de Costa Rica, y muchas de ellas que fueron trasladadas de su lugar original fueron recuperadas.

MITOS Y ESTUDIOS

En 1982, el arquitecto Ivar Zaap quiso indagar más en las ubicaciones originales y su propósito real. Propuso, junto con sus alumnos, buscar alineamientos entre los objetos arqueológicos y su orientación geográfica entre ellos. Tenían en cuenta, una leyenda que habla de la época precolombina, debajo del cerro Chirripó, fue enterrada una máquina voladora. El arquitecto Ivar, convencido aún más que las esferas, cumplió en algún tiempo, el propósito de la navegación y el conocimiento astronómico. Analizó la orientación de algunas de las alineaciones y hay una en especial que tiene una alineación de 19 ° suroeste y partiendo de Palmar Sur, se puede trazar una línea recta, pasando por la Isla del Coco, Isla Galápagos, hasta la Isla de Pascua. . Así lo demostró el aviador Carlos Araya, quien viajó en línea recta desde la Isla de Pascua, con un desvío mínimo de 70 kilómetros.

Un libro llamado “Atlantis en América” (Atlántis en América), escrito por Ivar Zaap y George Erikson, habla de una cultura naval y quizás la posibilidad de que la tierra perdida de Atlantis tuviera un centro en Costa Rica. En la descripción de Platón sobre la Atlántida, sobre las columnas de Hércules, a partir de un conocimiento astronómico, el lugar del que podría estar hablando es el río Sierpe y la Isla de los Violines. Se dice que hubo una civilización naval desconocida muy desarrollada a la que Platón se refería y según Ivar en su libro, “Atlante” significa “hombre del agua” (navegante). El navegante tenía que tener un conocimiento completo del cielo porque esa era la forma en que se orientaban. Para este escritor / arquitecto, el significado de las esferas son las esferas en el cielo, como el sol, la luna, los planetas y las estrellas.

Otro mito o leyenda proviene de la cosmogonía Bri Bri y Cabecar. Narra la historia de las “balas de cañón de Tara” (en dialecto Bri Bri y Tlachque en Cabécar) Dios del Trueno, con su inmensa cerbatana, arrojó estas esferas a los Serkes (Dioses de los vientos y huracanes) para alejarlos de estos. tierras.

HOY EN DÍA

En la actualidad, en la finca # 6 de Palmar Sur en el tramo de Osa, el Parque Can Basat Roje (Parque de las Esferas de Piedra) para asignar un lugar para las esferas recuperadas que desconocemos su ubicación original. Este parque es gran parte de un enorme proyecto arqueológico, a cargo del Museo Nacional de Costa Rica y el apoyo del famoso escultor Jorge Jiménez Deredia. En el año 2010, los investigadores de la Universidad de Kansas, del Centro del Patrimonio Mundial y del Consejo Internacional de Museos, visitaron este sitio arqueológico para evaluar la elegibilidad y protección del Centro del Patrimonio Mundial como Patrimonio de la Humanidad. En los últimos meses de 2012, el país finalizó todos los trámites requeridos por el Centro del Patrimonio Mundial para ser pronto elegido como patrimonio mundial.

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